La Carta de San Judas Tadeo.
Es breve pero concreta. Nos lleva a entender cómo organizar nuestra
vida Cristiana:
Debemos tener claro el cimiento
de la Fe, Orar movido por el Espíritu Santo y estar firme en el Amor de Dios,
vivirlo.
La Fé, la Oración y el Amor nos
ayudan a cuestionarnos y reflexionar:
Debemos ser misericordiosos,
compasivos y prudentes. Chocar y
discutir en pro de lo que nos aleja de Dios no es prudente. Para defender la Fé Cristiana no es
necesario entrar en guerra. Nuestros
actos son testimonio de lo que recibimos y luego damos.
¿Cuándo vamos a empezar a ser generosos?
Un joven
llega con el cura y dice:
“*-
Padre no iré más a la Iglesia!*
El
sacerdote respondió:
–
Pero por qué?
El joven respondió:
– Veo
a la hermana que habla mal de otra hermana; el hermano que no lee bien; el
grupo de canto que vive desafinando; las personas que durante la misa miran el
celular, entre tantas y tantas otras cosas malas que veo hacer en la iglesia.
Le dice el sacerdote:
– Muy
bien, pero antes quiero que me hagas un favor: toma un vaso lleno de agua y da
tres vueltas por la iglesia sin derramar una gota de agua en el suelo. Después
de eso, puedes salir de la iglesia.
Y el joven pensó: muy fácil!
Y dio
las tres vueltas como le pidió el padre. Cuando terminó dijo:
–
Listo, padre.
Y
el cura respondió:
–
Cuando estabas dando vueltas, viste a la hermana hablar mal de la otra?
El
joven:
– No
Viste a la gente quejarse entre sí?
El
joven:
– No
Viste a alguien mirando celular?
El
joven:
– No
Sabes por
qué? Estabas concentrado en el vaso para no derramar el agua.
Lo
mismo pasa en nuestra vida. Cuando nos enfocamos en las cosas que nos gustan,
no tendremos tiempo para ver las cosas que no nos gustan, y menos vemos los
errores de la gente”
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