9ª semana del Tiempo Ordinario
Lectura del santo evangelio según san Marcos
12:28-34:
12:28-34:
28 Acercóse
uno de los escribas que les había oído y, viendo que les había respondido muy
bien, le preguntó: «¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?»
29 Jesús
le contestó: «El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el
único Señor,
30 y
amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu
mente y con todas tus fuerzas.
31 El
segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No existe otro mandamiento
mayor que éstos.»
32 Le
dijo el escriba: «Muy bien, Maestro; tienes razón al decir que El es único y
que no hay otro fuera de El,
33 y
amarle con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y
amar al prójimo como a si mismo vale más que todos los holocaustos y
sacrificios.»
34 Y
Jesús, viendo que le había contestado con sensatez, le dijo: «No estás lejos
del Reino de Dios.» Y nadie más se atrevía ya a hacerle preguntas.
¡Amor a Dios es amor al prójimo!
Meditación del Papa Francisco
Para conocer a Dios nuestro intelecto,
la razón es insuficiente. Dios se conoce totalmente en el encuentro con Él, y
para el encuentro la razón no basta. Hace falta algo más:
¡Dios es amor! Y sólo por el camino del
amor puedes conocer a Dios. Amor razonable, acompañado de la razón. ¡Pero amor!
'¿Pero cómo puedo amar lo que no conozco?'; 'Ama a los que tienes cerca'. Y
esta es la doctrina de los dos mandamientos: El más importante es amar a Dios,
porque Él es amor; Pero el segundo es amar al prójimo, pero para llegar al
primero debemos subir los escalones del segundo: es decir, a través del amor al
prójimo llegamos a conocer a Dios, que es amor. Sólo amando razonablemente,
pero amando, podemos llegar a este amor.
Es por eso que debemos amarnos los unos
a los otros, porque el amor es de Dios y quien ama ha sido engendrado por Dios.
Para conocer a Dios hay que amar. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 8 de enero de
2015, en Santa Marta).
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