En este Blog Católico, explicamos actividades y temas que gustan e interesan, tales como formación a grupos de oración y comunidades, dinámicas, reflexiones, música católica y demás.
jueves, 21 de junio de 2018
San Lucas: El Evangelista que No Conoció a Jesús
Lucas el Evangelista es considerado el autor del Evangelio según San Lucas y de los Hechos de los Apóstoles. Fue discípulo de Pablo de Tarso. Su evangelio relata la predicación y los hechos de Jesús, aunque afirma que no fue testigo de sus obras. El propio San Lucas se excluye a sí mismo de las personas que fueron testigos directos de Cristo. Interesado por la verdad histórica, San Lucas reprodujo en su Evangelio aquello que había oído directamente a los apóstoles y discípulos de Jesús
"Que bueno ser testigos de Cristo y dar la oportunidad a otros de conocer a Jesús a través de nuestro testimonio de vida."
Lucas 18
“15.Le presentaban también
los niños pequeños para que los tocara, y al verlo los discípulos, les reñían.
16. Mas Jesús llamó a los
niños, diciendo: «Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis; porque
de los que son como éstos es el Reino de Dios.
17. Yo os aseguro: el que no
reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él.»"
1."Cuando se trata de los niños que vienen al
mundo, ningún sacrificio de los adultos será juzgado demasiado costoso o
demasiado grande.” (Audiencia General del Papa Francisco, miércoles 8 de abril
del 2015)
2."Una sociedad que abandona a los niños y que
margina a los ancianos corta sus raíces y oscurece su futuro. Y vosotros hacéis
la valoración sobre qué hace esta cultura nuestra hoy, ¿no? Con esto. Cada vez
que un niño es abandonado y un anciano marginado, se realiza no sólo un acto de
injusticia, sino que se ratifica también el fracaso de esa sociedad. (Discurso
del Papa Francisco a los participantes en la plenaria del Consejo pontificio
para la familia.” Viernes 25 de octubre de 2013)
3.“Es curioso: Dios no tiene dificultad para hacerse
entender por los niños, y los niños no tienen problemas para comprender a
Dios.” (Audiencia General del Papa Francisco, Miércoles 18 de marzo de 2015)
4.“Los niños nos recuerdan otra cosa bella; nos
recuerdan que somos siempre hijos. Incluso si uno se convierte en adulto o
anciano, aún si se convierte en padre, si se ocupa un lugar de responsabilidad,
por debajo de todo esto permanece la identidad de hijo. Todos somos hijos. Y
eso nos vuelve a llevar siempre al hecho de que la vida no nos la hemos dado
nosotros, sino que la hemos recibido." (Audiencia General del Papa
Francisco, miércoles 18 de marzo de 2015)
5.“Los niños son en sí mismos una riqueza para la
humanidad y también para la Iglesia, porque nos llaman constantemente a la
condición necesaria para entrar en el Reino de Dios: aquella de no
considerarnos autosuficientes sino necesitados de ayuda, de amor, de don…"
(Audiencia General del Papa Francisco, miércoles 18 de marzo de 2015)
6.“Los niños no son diplomáticos: dicen lo que sienten,
dicen lo que ven, directamente. Y muchas veces, ponen en dificultad a los
padres... Dicen: “esto no me gusta porque es feo” delante de otras personas…
Pero, los niños dicen lo que piensan, no son personas dobles. todavía no han
aprendido aquella ciencia del “doblez” que nosotros, los adultos, hemos
aprendido.” (Audiencia General del Papa Francisco, miércoles 18 de marzo de
2015)
7.“Los niños además, en su simplicidad interior, traen
consigo la capacidad de dar y recibir ternura. Ternura es tener un corazón “de
carne” y no “de piedra”, como dice la Biblia (cf. Ez 36, 26). La ternura también
es poesía; es “sentir” las cosas y los acontecimientos, no tratarlos como meros
objetos, sólo para usarlos porque sirven...” (Audiencia General del Papa
Francisco, miércoles 18 de marzo de 2015)
8.“Sonreír y llorar, dos cosas que en nosotros los
grandes, a menudo se “bloquean”, ya no somos capaces… Y muchas veces nuestra
sonrisa se convierte en una sonrisa de cartón, una cosa sin vida, una sonrisa
que no es vivaz, incluso una sonrisa artificial, de payaso. Los niños sonríen
espontáneamente y lloran espontáneamente. Siempre depende del corazón. Y
nuestro corazón se bloquea y pierde a menudo esta capacidad de sonreír y de llorar.
Y entonces los niños pueden enseñarnos de nuevo a sonreír y llorar. Tenemos que
preguntarnos nosotros mismos: ¿yo sonrío espontáneamente, con frescura, con
amor? ¿O nuestra sonrisa es artificial? ¿Yo todavía lloro? ¿O he perdido la
capacidad de llorar? Dos preguntas muy humanas que nos enseñan los niños.”
(Audiencia General del Papa Francisco, miércoles 18 de marzo de 2015).
Los niños no tienen problema en entender a Dios
Papa Francisco
Audiencia General, Plaza de San Pedro. 18 de marzo de 2018
«Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial.
Papa Francisco te da las claves que te ayudarán a sanar el corazón
En el Evangelio de San Mateo, hay un viaje de sanación. Cada corazón herido debe emprender este viaje de sanación
"Orar por nuestros enemigos puede sanar nuestros corazones", ese fue el mensaje que el Papa Franciscopronunció en la homilía de la Santa Misa en la Casa de Santa Marta.
El Papa Francisco tuvo un momento de reflexión y recordó su propia infancia en Argentina, cuando en aquella oportunidad las personas oraron para que los dictadores se fuesen al infierno, y recordó que el mismo Jesús nos dice que amemos a nuestros enemigos y que debemos orar por los que nos persiguen.
Al reflexionar sobre la lectura del Evangelio de San Mateo (5,43-48), donde Jesús dice a sus discípulos que amen a sus enemigos, El Papa Francisco señaló que esta instrucción resultaba contraria a lo que los doctores de la ley enseñan en aquellos días: "Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo". Su reflexión a continuación.
El amor: verdadero sentido de la ley
La ley judía se enseñaba de una manera que era demasiado teórica, basada sólo en la letra de la ley y no en el amor de Dios en el corazón de la misma Ley.
Por esta razón, Jesús repite el mandamiento más importante del Antiguo Testamento: Ama a tu Dios con todo tu corazón, con todas tus fuerzas, y con toda tu alma, y al prójimo como a ti mismo.
Esto no estaba en el corazón de aquellos que los doctores de la ley estaban enseñando. Sólo estaban preocupados por los detalles y casos particulares, pero Jesús muestra el verdadero sentido de la ley que vino a cumplir.
Claves que ayudan a sanar el corazón
Jesús ofrece muchos ejemplos para mostrar los mandamientos en una nueva luz y para demostrar que el amor es más generoso que la letra de la Ley.
Desde "No matar", lo cual significa no insultar o enfadarse con el hermano, a las instrucciones de dar el abrigo a la persona que te pide tu camisa, o ir una milla extra con la persona que quiere ser acompañada una milla.
Esto no es sólo por el cumplimiento de la ley, sino que también ayuda a sanar el corazón.
En las explicaciones de Jesús sobre los mandamientos, sobre todo en el Evangelio de San Mateo, hay un viaje de sanación.
Cada corazón herido por el pecado - ya que cada uno de nosotros lo tiene - debe emprender este viaje de sanación con el fin de ser más como nuestro Padre celestial quien es perfecto.
¿Qué implica amar a los enemigos?
La última y más difícil etapa en este viaje hacia la perfección, está contenida en las palabras de Jesús a partir de la lectura de este Evangelio de Mateo:
"Han oído ustedes que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian y rueguen por los que los persiguen y calumnian".
Recuerdo que cuando era niño, la gente solía orar para que Dios enviara a los dictadores de aquella época al infierno, pero en su lugar, Dios nos llama a un examen de conciencia y a orar por nuestros enemigos.
Que el Señor nos conceda la gracia para orar por las personas que hacen daño y nos persiguen.
El poder de la oración, hará dos cosas: cambiará a esa persona para mejor y nos hará llegar a ser más como hijos de nuestro Padre celestial.
Papa Francisco. Homilía en Santa Marta, 14 de junio de 2016
«Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra; al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; y al que te obligue a andar una milla vete con él dos. A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda.
Meditación del PapaFrancisco
También Jesús nos habla en el Evangelio de la santidad, y nos explica la nueva ley, la suya. Lo hace mediante algunas antitesis entre la justicia imperfecta de los escribas y los fariseos y la más alta justicia del Reino de Dios. La primera antitesis del pasaje de hoy se refiere a la venganza. “Han oído que se les dijo: ‘Ojo por ojo, diente por diente’. Pues yo les digo: ...si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra”. No sólo no se ha devolver al otro el mal que nos ha hecho, sino que debemos de esforzarnos por hacer el bien con largueza.
La segunda antítesis se refiere a los enemigos: «Han oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”. Yo, en cambio, os digo: “Amen a sus enemigos y recen por los que los persiguen”. A quien quiere seguirlo, Jesús le pide amar a los que no lo merecen, sin esperar recompensa, para colmar los vacios de amor que hay en los corazones, en las relaciones humanas, en las familias, en las comunidades, en el mundo. (Homilía de S.S. Francisco, 23 de febrero de 2014).
Reflexión El mundo en que vivimos sería realmente diferente si creyéramos en la fuerza del amor. La experiencia nos demuestra que donde se ha sembrado el rencor, sólo se han cosechado frutos amargos. El amor es la cura para tantos males que padece el mundo. El remedio para la soledad, el abandono y la tristeza es el amor. Con la fuerza del amor nos podemos enfrentar a los retos que nos va a presentar la vida. Un amor que nos libera de nuestro egoísmo y nos ayuda a abrirnos a los demás.
El amor se manifiesta mejor con hechos que con palabras.
Mi Propósito Hoy tendré un detalle con algún familiar
y perdonaré al que me ofenda.
REFLEXIÓN PERSONAL
• ¿Has sentido alguna vez una rabia tan grande como para querer aplicar la venganza “ojo por ojo”, diente por diente”? ¿Cómo hacer para superarla?
• ¿Será que la convivencia comunitaria hoy en la iglesia favorece el tener en nosotros el amor creador que Jesús sugiere en el evangelio de hoy?
ORACIÓN FINAL
Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío. (Sal 5,2-3)
sábado, 16 de junio de 2018
Santa misa de hoy
sábado 16 de junio de 2018
Padre Julio Cesar Bedoya
Del santo Evangelio según san Mateo 5, 33-37
Habéis oído también que se dijo a los antepasados: No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos. Pues yo digo que no juréis en modo alguno: ni por el Cielo, porque es el trono de Dios, ni por la Tierra, porque es el escabel de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran rey. Ni tampoco jures por tu cabeza, porque ni a uno solo de tus cabellos puedes hacerlo blanco o negro. Sea vuestro lenguaje: "Sí, sí"; "no, no": que lo que pasa de aquí viene del Maligno.
El Papa Francisco nos dice: «Estar con Jesús exige salir de nosotros mismos, de un modo de vivir cansino y rutinario». Señor, en esta oración te pido tu gracia para salir de mí mismo y escucharte. Te he fallado, pero te adoro y confío en tu misericordia. Quiero estar contigo, así como Tú quieres estar conmigo.
Mi propósito hoy:
Si hoy tengo un problema, pediré a Dios que me ayude, en vez de tratar de solucionar todo con mi propio esfuerzo.
Señor...Dame la gracia de dar siempre
un testimonio coherente de mi fe.
viernes, 15 de junio de 2018
El Papa desea que el Mundial de Fútbol se convierta en ocasión para la paz entre las naciones
Junio 12 de 2018
Tras la Audiencia General de este miércoles 13 de junio, el Papa Francisco dirigió un “cordial saludo” a los participantes en el Mundial de Fútbol que se celebrará en Rusia a partir del próximo jueves 14 de junio.
“Mañana se inaugura el Campeonato Mundial de Fútbol en Rusia. Deseo enviar mi cordial saludo a los jugadores y a los organizadores, así como a todos los que seguirán a través de los medios de comunicación social este evento que supera todas las fronteras”, fueron las palabras del Santo Padre.
Subsecretario del Pontificio Consejo de la Cultura.
El mundial de Rusia 2018 es un acontecimiento planetario que une a la humanidad en torno a un espectáculo deportivo tocando las fibras más íntimas del ser humano, como creaturas libres que se expresan a través del juego.
“El verdadero deporte favorece la construcción de un mundo más fraterno y solidario, contribuyendo a la superación de situaciones de injusticia y malestar humano y social”.
Santa misa
de hoy
Viernes 15
de junio de 2018.
Padre Fredy
Córdoba
Evangelio de hoy
Mateo 5:27-32
27 «Habéis oído que se dijo: No cometerás adulterio. 28 Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. 29 Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna. 30 Y si tu mano derecha te es ocasión de pecado, córtatela y arrójala de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo vaya a la gehenna. 31 «También se dijo: El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio. 32 Pues yo os digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto el caso de fornicación, la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio.
El Papa alza la voz contra la prostitución y la explotación de las mujeres
En la Misa celebrada en la Casa Santa Marta este viernes 15 de junio, el Papa Francisco alzó la voz contra la prostitución y la explotación de las mujeres, contra la filosofía del descarte que las considera personas de segunda clase y las pisotea por ser mujeres.
En su homilía, el Santo Padre reflexionó sobre las palabras de Cristo en el Evangelio del día: “Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón”, y “todo el que repudia a su mujer la hace ser adúltera”.
Con estas palabras, explicó el Papa, “Jesús cambió la historia, porque hasta aquel momento, la mujer era de segunda clase, era como una esclava y no tenía plena libertad”.
“La doctrina de Jesús sobre la mujer cambia la historia”, aseguró. “Una cosa es la visión de la mujer antes de Jesús, y otra después de Jesús. Jesús dignifica a la mujer y la sitúa al mismo nivel que el hombre, porque toma aquella primera palabra del Creador cuando dice que los dos son ‘imagen y semejanza de Dios’, los dos; no primero el hombre y luego, un poco más abajo, la mujer. No: los dos. Y el hombre sin la mujer a su lado –ya sea como madre, como hermana, como esposa, como compañera de trabajo, como amiga–, ese hombre no está hecho a imagen y semejanza de Dios”.
El Pontífice denunció la generalización de la mujer como objeto que se ha instalado en la sociedad y en la cultura actual: “En los programas televisivos, en las revistas, en los diarios se muestra a la mujer como objeto de deseo, de uso, como en un supermercado”. “Se presenta a la mujer como objeto de esa filosofía de usar y tirar, como material de descarte”.
¿Cuántas veces las mujeres, para tener un puesto de trabajo, deben venderse como objetos de usar y tirar? ¿Cuántas veces?
Debemos reflexionar mejor. Y haciendo esto, o diciendo aquello, entrando en ese pensamiento, despreciamos la imagen de Dios que ha hecho al hombre y a la mujer juntos a su imagen y semejanza”.
Por último, el Papa pidió una oración “por las mujeres descartadas, por las mujeres usadas, por las jóvenes que tienen que vender su propia dignidad para tener un puesto de trabajo”.
El silencio que se cierne
como un velo sobre la vida de María, puede resultar incómodo porque nos obliga
a tener una actitud de contemplación y nos obliga a penetrar el misterio que en
parte se desvela en la medida que te vas configurando con María Santísima. Una vez que sucede un encuentro más íntimo con Dios,
entiendes que la única manera de vivirlo es en el silencio y en la
contemplación.
Cuando María es desposada a José, vería en ese evento la
Voluntad Divina, que poco a poco se iría abriendo a realizar todos los anhelos
que lentamente se anidaban en su corazón. El deseo de ser sólo para Dios,
que sería concretado en la anunciación cuando el llamado de Dios a ser madre
del Salvador, no puede encontrar otra respuesta más que entregarse
completamente como una esclava al designio de un Dios que se baja a mirar su
pequeñez.
Ella ve con toda claridad
el mensaje del ángel Gabriel, ella está acostumbrada a ser dócil a la Voluntad
Divina, tiene ya un ejercicio en la virtud de la mansedumbre que le permite acoger
el misterio sin confundirse, sin especular.
El silencio de María nos
interpela a analizar nuestra capacidad de callar y orar cuando Dios nos invita
a un nuevo nivel de intimidad con Él.
Pidamos a María que nos ayude a ver la vida con pureza de corazón
y así poder contemplar gozosamente el misterio que cada alma está invitada
vivir porque somos hijos de un Dios que tiene sed de nuestro amor.
María,
la Virgen del Silencio, nos enseña el valor de un silencio fecundo y humilde,
cuajado de obras y realizaciones. Nos alecciona magistralmente en el difícil
arte de decir poco y hacer mucho.
No podemos entrar inmediatamente en la
presencia de Dios sin una experiencia de un silencio interior y exterior.
Santa Teresa de Calcuta
3 formas de silencio para relacionarse con Dios de Santa Teresa de
Calcuta
1.- El silencio de la boca
Este tipo de
silencio nos enseñará muchísimas cosas: a hablar con Cristo; a estar alegres en
los momentos de desolación; a descubrir muchas cosas prácticas para decir. En
los momentos de desolación, Cristo habla por medio de los demás y en la
meditación nos habla directamente. Además, el silencio nos asemeja mucho más a
Cristo, puesto que Él siente amor especial por esa virtud.
2.-
El silencio de los ojos
Guardemos,
entonces, el
silencio de los ojos, el cual nos ayudará siempre a ver a Dios. Los ojos son como
dos ventanas a través de las cuales Cristo y el mundo penetran en nuestro
corazón. Muchísimas veces necesitamos un gran valor para tenerlos cerrados.
Cuántas veces decimos: "Qué lástima no haber podido mirar aquello",
quedamos entonces preocupados por no poder vencer el deseo de mirarlo todo.
3.-
El silencio de la mente y del corazón
La Virgen
María "conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón". Este
silencio la aproximó tanto al Señor, que nunca tuvo que arrepentirse de nada.
Mira cual fue su comportamiento al ver la confusión de San José. Una palabra
suya hubiera bastado para poner claridad en su mente; con todo, ella prefirió no decir nada y el
propio Señor obró el milagro de rescatar su inocencia. ¡No
podríamos encontrar un argumento mejor para convencernos de la necesidad de
silencio! Creo que así el camino hacia una más profunda unión con Dios se hace
clarísimo.
El silencio
nos proporciona una visión nueva de todas las cosas. Necesitamos el silencio
para poder acercarnos a las almas. Lo más importante no es aquello que decimos,
sino aquello que Dios nos dice y lo que dice a través de nosotros. Jesús está
siempre pronto a presentársenos en el silencio. En el silencio, nosotros lo
escuchamos, Él habla a nuestro espíritu, y nosotros podemos escuchar su voz.
El
silencio interior es sumamente difícil, pero tenemos que esforzarnos por
pedirlo.
En el
silencio hallaremos una nueva energía y una genuina unión con Dios. Su fuerza
será nuestra fuerza para poder cumplir bien nuestras tareas, y eso ocurrirá por
la unión de nuestro pensamiento con el suyo, por la unión de nuestras acciones
con sus acciones, por la unión de nuestra vida con su vida. Todas nuestras
palabras serán por completo inútiles a menos que procedan de lo más íntimo de
nosotros mismos. Las palabras que no procuran la luz de Cristo no hacen más que
aumentar en nosotros la confusión.
Todo esto
exigirá mucho sacrificio, pero si efectivamente intentamos orar y queremos
sinceramente orar, hemos de estar prontos a hacerlo ahora mismo. Estos son sólo
los primeros pasos hacia la plegaria, pero si nos decidimos a darlos con
resolución, podremos llegar hasta el último grado: la presencia de Dios.
miércoles, 13 de junio de 2018
LA SANTA MISA DE HOY
MIERCOLES 13 DE JUNIO DE 2018
REFLEXION
El Evangelio de hoy (Mt 5,17-19) enseña como observar la ley de
Dios de manera que su práctica muestre en qué consiste el pleno cumplimiento de
la ley (Mt 5,17-19). Mateo escribe para ayudar las comunidades de judíos convertidos
a superar las críticas de los hermanos de raza que los acusaban diciendo:
“Ustedes son infieles a la Ley de Moisés”. Jesús mismo había sido acusado de
infidelidad a la ley de Dios. Mateo trae la respuesta esclarecedora de Jesús a
los que lo acusaban. Así nos da una luz para ayudar las comunidades a resolver
su problema.
• Usando imágenes de la vida cotidiana, con palabras sencillas y
directas, Jesús había dicho que la misión de la comunidad, su razón de ser, es
ser sal y luz. Había dado algunos consejos respecto de cada una de las
imágenes. A continuación vienen los tres breves versículos del Evangelio de
hoy.
• Mateo 5,17-18: Ni una tilde de la ley dejará de ser vigente.
Había varias tendencias en las comunidades de los primeros cristianos. Unas pensaban
que no era necesario observar las leyes del Antiguo Testamento, pues es la fe
en Jesús lo que nos salva y no la observancia de la Ley (Rm 3,21-26). Otros
aceptaban a Jesús como Mesías, pero no aceptaban la libertad del Espíritu con
que algunas comunidades vivían la presencia de Jesús resucitado. Pensaban que
ellos, siendo judíos, debían continuar observando las leyes del AT (Hec
15,1.5). Había además cristianos que vivían tan plenamente en la libertad del
Espíritu, que habían dejado de mirar la vida de Jesús de Nazaret o el AT y que
llegaban a decir: “¡Anatema Jesús!” (1Cor 12,3). Ante estas tensiones, Mateo
procura un equilibrio más allá de los dos extremos. La comunidad ha de ser un
espacio, donde este equilibrio pueda ser alcanzado y vivido. La respuesta dada
por Jesús a los que lo criticaban seguía bien actual para las comunidades: “¡No
he venido a abolir la ley, sino a darle pleno cumplimiento!”. Las comunidades
no podían estar contra la Ley, ni podían encerrarse en la observancia de la
ley. Al igual que Jesús, debían dar un paso y mostrar, en la práctica, cuál es
el objetivo que la ley quiere alcanzar en la vida de las personas, a saber, en
la práctica perfecta del amor.
• Mateo 5,19: Ni una tilde de la ley dejará de ser vigente Y a
los que querían deshacerse de toda la ley, Mateo recuerda otra palabra de
Jesús: “Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así
lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en
cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los
Cielos”. La gran inquietud del Evangelio de Mateo es mostrar que el AT, Jesús
de Nazaret y la vida en el Espíritu Santo, no pueden separarse. Los tres forman
parte del mismo y único proyecto de Dios y nos comunican la certeza central de
la fe: el Dios de Abrahán y Sara está presente en medio de las comunidades por
la fe en Jesús de Nazaret que nos manda su Espíritu.
ARNOBIO DE SICCA, natural de esta ciudad, en Numidia, escribió
durante la persecución de Diocleciano. Era profesor de retórica y detractor del
cristianismo, al que se convirtió luego por una visión que tuvo. Es conocido
por su obra Adversus nationes, en que defiende el
cristianismo, con un esquema no muy distinto al usual en las apologías, pero
con pruebas de poco valor; si su conocimiento de los muchos filósofos que cita
provenía únicamente de los manuales entonces en uso, el que tenía de la
doctrina cristiana era aún rudimentario, pues consideraba que los dioses
paganos tal vez existían, aunque en este caso serían dependientes absolutamente
de Dios Padre, y pensaba que Cristo era un Dios de segundo orden; el alma podía
hacerse inmortal mediante la ayuda del Dios de los cristianos.
TEXTOS
Contra las naciones
Los hechos son la mejor apología:
¿Qué motivos más poderosos tenéis vosotros para prestar fe a
vuestros sabios, que nosotros para creer en Jesucristo? Nombradme uno solo, que
con una sola palabra haya podido apaciguar las tempestades, mandar a las olas
de un mar irritado, dar la vista a los ciegos de nacimiento, arrancar los
muertos del sepulcro, aun menos que esto, curar por su propia voluntad la más
ligera herida. Por más que se alabe y envanezca la sutileza intelectual de
vuestros sabios, y la extensión de su ciencia, jamás podrán llegar al
conocimiento de la verdad, ni conducir a nadie a ella con semejantes silogismos
y argumentos.
Apreciemos a nuestros maestros, no por la elocuencia, sino por las
obras. El verdadero mérito consiste aquí, no en hablar con sutilezas, sino en
justificar sus promesas con acciones verdaderamente divinas. Comparemos las
obras de vuestros filósofos con las de Jesucristo. Ved lo que ha obrado su
Evangelio entre los judíos, los persas, los medos, los árabes, los egipcios,
los sirios, los gálatas y los partos; en la Acaya, en la Macedonia, en el Epiro
y en todas las regiones que ilumina el sol; en fin, en la misma Roma, donde, a
pesar de las supersticiones introducidas por Numa, millares de hombres han
renunciado a todas sus antiguas preocupaciones por adorar a Jesucristo.
Para san Pablo el alma es parte de lo que nosotros los seremos humanos somos
por naturaleza. El alma alude a lo que todos somos y tenemos: todos
"tenemos" alma.
En cambio, según este mismo apóstol,
no todos tenemos "espíritu." Esta palabra alude a la novedad de la
acción de Dios en la vida humana, es decir, aquel actuar que ha sido posible
por la redención.
Tenemos "espíritu" porque se
ha restablecido la amistad entre Dios y nosotros, gracias al sacrificio de
Cristo y a la efusión del Espíritu Santo. Tener "espíritu" es ser
"espiritual," o sea, haber sido renovado por el Espíritu Santo, que
es el fruto precioso de la pascua de Cristo.
En
resumen, el alma alude a lo que somos por creación; el espíritu se refiere a lo
que hemos recibido gracias a la fe, en cuanto redimidos por Jesucristo y morada
de su Espíritu. Las personas que viven una vida pegada a las cosas de esta
tierra son cuerpo y alma solamente; san Pablo las llama "psiquikoi."
Las personas que conocen al Señor y viven en amistad con él por la fe y la
caridad son llamadas en cambio "pneumatikoi": gente con espíritu.
Adoptando una perspectiva más descriptiva y empírica
que metafísica, la Biblia no conoce una división cuerpo-alma del hombre: las
dos dimensiones, espiritual y corporal, están en una simbiosis total. La
distinción entre alma, espíritu y carne va dirigida a acentuar tal o cual
aspecto del único ser que es el hombre. Como poseedor de la nefesh (alma), el
hombre es un ser vivo que debe su existencia a Dios y que es capaz de
relaciones personales y de sentimientos: debido a la ruah (espíritu), el hombre
es el testimonio vivo del poder de Dios, la expresión más elevada de la fuerza
creadora de Dios. Nefesh y ruah atestiguan más claramente la «proximidad» que
existe entre Dios y el hombre; al contrario, en cuanto basar (carne), el hombre
es el ser vivo que, como otras criaturas, tiene un cuerpo, una dimensión
«material» que, aunque le confiere cierta caducidad, no por ello carece de
dignidad ni deja de ser buena a los ojos de Dios. En virtud de su constitución
ontológica o «condición» singular el hombre trasciende al mundo, aunque
pertenece a él: es «pariente» del cielo y de la tierra y en cuanto tal es «muy
bueno» (Gn 1,31), destinado a la resurrección final. La Biblia, aunque excluye
una visión dualista del hombre, se refiere indiscutiblemente a la copresencia de
dos dimensiones del ser humano: la corporal y la espiritual, afirmando que, en
virtud de esta última, el hombre es «imagen y semejanza» de Dios.El encuentro
entre el cristianismo y la cultura helenista tuvo un doble efecto. Por un lado.
la visión unitaria bíblica fue siendo sustituida por una perspectiva
eminentemente dualista: el cuerpo y el alma son las dos substancias que
componen al hombre: por otro, se acentuará la superioridad del alma humana.
Pero los Padres rechazarán la concepción del alma como parte o emanación de la
divinidad y la de la unión alma-cuerpo como resultado de una especie de
castigo: para ellos. todo el hombre, alma y cuerpo, está destinado a vivir la
gloria futura.
A partir del s. XII se verificó un notable cambio de
perspectiva, gracias a la acogida del pensamiento aristotélico que condujo a
una nueva visión antropológica. Tomás de Aquino, el representante más lúcido de
la nueva orientación filosófica y teológica, afirmará que la unión entre el
alma y el cuerpo es parecida a la que existe entre la materia y la forma
substancial; a pesar de ser ontológicamente diferentes, el alma y el cuerpo del
hombre no poseen una autonomía propia antes de la unión; en el momento de la
unión, el alma se hace forma, es decir, actúa, vivifica a la materia, que a su
vez recibe de ella la existencia, la perfección y las determinaciones
esenciales. De aquí se deriva la profunda compenetración del alma y del cuerpo
en el hombre: su unión no es accidental, sino substancial, profunda: todas las
acciones del hombre, en esta perspectiva, son el fruto del concurso de ambas
«dimensiones». La unidad cuerpo-alma lleva a concebir la muerte como disolución
provisional y casi innatural de la unidad misma, mientras que permite dar un
sentido profundo a la promesa bíblica de la resurrección de la carne. Además,
se justifica así profundamente la dimensión social e histórica del hombre. «El
cuerpo es al mismo tiempo el lugar de la comunión y de la apertura al
encuentro» (F. P. Fiorenza -J.B.Metz).El Magisterio de la Iglesia, además de
rechazar algunas propuestas teológicas que tendían a convertir en algo
diabólico la corporeidad (concilio de Braga, 561 : DS 455ss), o a hacer del
alma una parte de Dios, negando la resurrección corporal (Ier concilio de
Toledo, 400: DS 188), o a considerar las almas humanas como espíritus
preexistentes y desterrados a los cuerpos (sínodo de Constantinopla, 543: DS
403), tras afirmar la unicidad del alma (IV concilio de Constantinopla, 870: DS
657), utilizó las fórmulas y la perspectiva antropológica de santo Tomás para
condenar la opinión según la cual el alma no se une directamente al cuerpo
(concilio de Viena, 1312: DS 902), y la de que el alma es mortal o única para
todos los hombres (Y concilio de Letrán, 1513: DS 1440).
Entre las intervenciones del Magisterio sobre la
relación alma-cuerpo hay que señalar finalmente la Gaudium et spes del concilio
Vaticano II, donde, según la perspectiva típicamente bíblica, se habla del
hombre como unidad de alma y cuerpo que, «por su misma condición corporal, es
una síntesis del universo material» (GS 14) y recuerda que el hombre «no debe,
por tanto, despreciar la vida corporal, sino que, por el contrario, debe tener
por bueno y honrar a su propio cuerpo, como criatura de Dios que ha de
resucitar en el último día» (Ib.). Pero, al lado de esto, se remacha la
convicción de que el hombre trasciende el mundo material, debido a su propia
espiritualidad y a la posesión de un alma inmortal.
G. M. Salvati
Bibl.: F P. Fiorenza - J B. Metz, El hombre como
unidad de alma y cuerpo, en MS, IIiZ, 661-715; J Seifert, Das Leib-Seele
Problenz in der gegenwartigen Diskussion. Darmstadt 1979.
1.Y tú, hijo de hombre, profetiza sobre los
montes de Israel. Dirás: Montes de Israel, escuchad la palabra de Yahveh. 2.
Así dice el Señor Yahveh: Porque el enemigo ha dicho contra vosotros: « ¡Ja,
ja, estas alturas eternas han pasado a ser posesión nuestra!», 3.por eso,
profetiza. Dirás: Así dice el Señor Yahveh: Porque habéis sido asolados y se os
ha codiciado por todas partes hasta pasar a ser posesión de las otras naciones,
porque habéis sido el blanco de la habladuría y de la difamación de la gente,
4.por eso, escuchad, montes de Israel, la palabra del Señor Yahveh. Así dice el
Señor Yahveh a los montes, a las colinas, a los barrancos y a los valles, a las
ruinas desoladas y a las ciudades abandonadas que han sido entregadas al
pillaje y a la irrisión del resto de las naciones circunvecinas. 5. Por eso,
así dice el Señor Yahveh: Sí, en el ardor de mis celos voy a hablar contra las
otras naciones y contra Edom entero, que, con alegría en el corazón y desprecio
en el alma, se han atribuido mi tierra en posesión para entregar su pasto al
pillaje. 6. Por ello, profetiza sobre la tierra de Israel. Dirás a los montes y
a las colinas, a los barrancos y a los valles: Así dice el Señor Yahveh: Ved
que hablo en mis celos y mi furor: Porque habéis sufrido el ultraje de las
naciones, 7.por eso, así dice el Señor Yahveh: Juro mano en alto que las naciones
que os rodean cargarán con sus propios ultrajes. 8. Y vosotros, montes de
Israel, vais a echar vuestras ramas y a producir vuestros frutos para mi pueblo
Israel, porque está a punto de volver. 9. Sí, heme aquí por vosotros, a
vosotros me vuelvo, vais a ser cultivados y sembrados. 10. Yo multiplicaré
sobre vosotros los hombres, la casa de Israel entera. Las ciudades serán
habitadas y las ruinas reconstruidas. 11. Multiplicaré en vosotros hombres y
bestias, y serán numerosos y fecundos. Os repoblaré como antaño, mejoraré
vuestra condición precedente, y sabréis que yo soy Yahveh. 12. Haré que
circulen por vosotros los hombres, mi pueblo Israel. Tomarán posesión de ti, y tú
serás su heredad, y no volverás a privarles de sus hijos. 13. Así dice el Señor
Yahveh: Porque se ha dicho de ti que devoras a los hombres y que has privado a
tu nación de hijos, 14.por eso, ya no devorarás más hombres, ni volverás a
privar de hijos a tu nación, oráculo del Señor Yahveh. 15. No consentiré que
vuelvas a oír el ultraje de las naciones, no sufrirás más los insultos de los
pueblos, y no volverás a privar de hijos a tu nación, oráculo del Señor Yahveh.
16. La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos: 17.Hijo de hombre,
los de la casa de Israel que habitaban en su tierra, la contaminaron con su
conducta y sus obras; como la impureza de una menstruante era su conducta ante
mí. 18. Entonces yo derramé mi furor sobre ellos, por la sangre que habían
vertido en su tierra y por las basuras con las que la habían contaminado. 19.
Los dispersé entre las naciones y fueron esparcidos por los países. Los juzgué
según su conducta y sus obras. 20. Y en las naciones donde llegaron, profanaron
mi santo nombre, haciendo que se dijera a propósito de ellos: «Son el pueblo de
Yahveh, y han tenido que salir de su tierra.» 21. Pero yo he tenido
consideración a mi santo nombre que la casa de Israel profanó entre las
naciones adonde había ido. 22. Por eso, di a la casa de Israel: Así dice el
Señor Yahveh: No hago esto por consideración a vosotros, casa de Israel, sino
por mi santo nombre, que vosotros habéis profanado entre las naciones adonde
fuisteis. 23. Yo santificaré mi gran nombre profanado entre las naciones,
profanado allí por vosotros. Y las naciones sabrán que yo soy Yahveh - oráculo
del Señor Yahveh - cuando yo, por medio de vosotros, manifieste mi santidad a
la vista de ellos. 24. Os tomaré de entre las naciones, os recogeré de todos
los países y os llevaré a vuestro suelo. 25. Os rociaré con agua pura y
quedaréis purificados; de todas vuestras impurezas y de todas vuestras basuras
os purificaré. 26. Y os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un
espíritu nuevo, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un
corazón de carne. 27. Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis
según mis preceptos y observéis y practiquéis mis normas. 28. Habitaréis la
tierra que yo di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro
Dios. 29. Os salvaré de todas vuestras impurezas, llamaré al trigo y lo
multiplicaré y no os someteré más al hambre. 30. Multiplicaré los frutos de los
árboles y los productos de los campos, para que no sufráis más el oprobio del
hambre entre las naciones. 31. Entonces os acordaréis de vuestra mala conducta
y de vuestras acciones que no eran buenas, y sentiréis asco de vosotros mismos
por vuestras culpas y vuestras abominaciones. 32. No hago esto por vosotros -
oráculo del Señor Yahveh - sabedlo bien. Avergonzaos y confundíos de vuestra
conducta, casa de Israel. 33. Así dice el Señor Yahveh: El día que yo os
purifique de todas vuestras culpas, repoblaré las ciudades y las ruinas serán
reconstruidas; 34.la tierra devastada será cultivada, después de haber sido una
desolación a los ojos de todos los transeúntes. 35. Y se dirá: «Esta tierra,
hasta ahora devastada, se ha hecho como jardín de Edén, y las ciudades en
ruinas, devastadas y demolidas, están de nuevo fortificadas y habitadas.» 36. Y
las naciones que quedan a vuestro alrededor sabrán que yo, Yahveh, he
reconstruido lo que estaba demolido y he replantado lo que estaba devastado.
Yo, Yahveh, lo digo y lo hago. 37. Así dice el Señor Yahveh: Me dejaré todavía
buscar por la casa de Israel, para hacer por ellos esto: multiplicarlos como un
rebaño humano, 38.como un rebaño de reses consagradas, como el rebaño reunido
en Jerusalén, en las fiestas solemnes. Así se llenarán de un rebaño humano
vuestras ciudades en ruinas, y se sabrá que yo soy Yahveh."
Señor, permite que quienes tenemos la oportunidad de visitar este blog, seamos iluminados, renovados y santificados por tu Gracia y por tu Amor. Amén
Apolinar de Laodicea
APOLINAR DE LAODICEA, contemporáneo de SAN CIRILO DE
JERUSALÉN, fue un gran amigo y colaborador de Atanasio, al que apoyó con todas
sus fuerzas en su lucha contra el arrianismo. Había nacido en Laodicea, en
Siria, alrededor del 310; su padre era presbítero y gramático. Hacia el 361 fue
consagrado obispo de la comunidad nicena de Laodicea. Tenía un buen
conocimiento de los clásicos, y San Jerónimo fue alumno suyo durante un tiempo.
Murió hacia el 390.
A pesar de su profundidad y rigor de pensamiento, su mismo empeño
en luchar contra los arrianos le llevó a caer, sin darse cuenta y sin malicia,
en el primer error que jalonaría la historia de las controversias cristológicas
posteriores. Decidido a mostrar claramente la divinidad de Jesús y la unión
profunda de esa divinidad y de la humanidad en Cristo, y considerando que la
enseñanza de la escuela de Antioquía podía llevar a entender una doble
personalidad en Cristo, concibió una nueva explicación: de los tres elementos
que según Platón integran el hombre, el cuerpo, el alma animal y el alma
racional, el tercero no existiría como tal en Cristo, y su lugar y función
serían desempeñados por el Logos de Dios.
Al principio, esto satisfizo a muchos, pues se explicaba con
sencillez, por ejemplo, la impecabilidad de Cristo. Pero luego se advirtió que
estaba en contradicción con la enseñanza tradicional de la Iglesia, según la
cual la humanidad de Cristo es completa y perfecta. Tanto San Atanasio como los
Capadocios y Diodoro de Tarso y Teodoro de Mopsuestia, de los que enseguida
hablaremos, escribieron tratados en contra de esta doctrina de Apolinar, que
fue luego condenada explícitamente en el concilio de Constantinopla (381).
Esta condenación es responsable de la práctica desaparición de los
escritos de Apolinar, de los que nos han llegado sólo los que fueron
equivocadamente atribuidos a autores ortodoxos. Los fragmentos existentes de
sus obras exegéticas, que según San Jerónimo eran
numerosísimas, nosmuestran que no se inclina por el método
exegético de Antioquía ni por el de Alejandría; de sus obras
apologéticas, la más celebrada fue la dirigida contra el filósofo
neoplatónico Porfirio; otra de ellas iba dirigida al emperador Juliano, para
demostrarle que los filósofos paganos iban muy equivocados en sus ideas sobre
Dios; hay también noticia de varias de sus obras antiheréticas y
de sus obras dogmáticas, y se conservan dos cartas suyas
a Basilio el Grande.
Es interesante mencionar que
cuando el emperador Juliano prohibió que los cristianos asistieran a las
escuelas públicas y que estudiaran la literatura griega (362), Apolinar,
ayudado por su padre, acometió la tarea de escribir poemas épicos basados
en los primeros libros de la Biblia para así reemplazar en cierto modo los
libros de Homero; escribió también numerosas comedias y
tragedias, a imitación de las clásicas pero con argumentos bíblicos, e
incluso diálogos cristianos a la manera de los de Platón. Se
ha perdido toda esta literatura, a excepción de una Perífrasis de los
salmos, que además no es seguro que sea de Apolinar. Por último, con
el mismo afán de fortalecer la fe de los cristianos, compuso canciones,
que los hombres cantaban en sus banquetes (...) y las mujeres mientras tejían,
e himnos litúrgicos, de todo lo cual no nos ha llegado nada.